MURAL
Historia,
Deporte, Cultura y Recreación
(Pintura
monumental, Parque 87)
OBRA DE ERNESTO RIOS
MURAL
Historia,
Deporte, Cultura y Recreación
(Pintura
monumental, Parque 87)
Técnica: Al acrílico
Mural directo sobre el muro
Medidas: 300 m²
Ubicación: Vestidores de albercas del Parque Ernesto
Millán Escalante
Año: 1989
Explicación temática del mural
Pasillo 1, izquierda (Agricultura)
Van saliendo las figuras arquitectónicas como la catedral, MASIN, El
Puente Negro, La Lomita, caminando hacia adelante por debajo del puente negro
donde las figuras que pasan se van deformando; espacios redondos, difíciles de
pintar, donde hay que formar la figura
para verse a distancia, distorsionando para ello la superficie real.
Del puente negro encontramos una
figura abalanzándose, hacia adelante por
debajo del antiguo puente Cañedo, una figura femenina en tres expresiones de
éxtasis, representando la agricultura, del agua y el vegetal, de la tierra; y
se deja ver una enorme pitahaya con sus gotas de agua que fortifican el
ambiente (sina- bola) donde además lleva la serpiente del cerro Coltzin, las
manos llenas de cosecha, el maíz y el tomate. Al lado derecho el tren Tacuarinero
y a la izquierda los niños que hacen piruetas en los bulevares para merecer un
peso del conductor.
Pasillo 2, izquierda (Recreación)
Al fondo de este pasillo nos encontramos a los nadadores, los trampolines, los vendedores de carreta y a la familia que
pasea con entusiasmo por las instalaciones del parque.
Pasillo 1, derecha (Arte)
La forma en la que vuelve el cuerpo femenino en la imaginación de un artista, sirve como símbolo de su
inspiración para abordar el sonido musical de la banda, del Negrumo, de las
palabras históricas de don Eustaquio
Buelna y su admirador Enrique Peña al
lado Izquierdo.
A la derecha los grupos artísticos como también un cuerpo masculino en
descanso fungen como monumento patriótico de las artes plásticas y se une a la
entrega de trofeos y reconocimientos de los triunfadores.
Pasillo 2, Derecha (Deporte)
La primera figura
donde el color juega con distorsiones de perspectiva formal, conforma al beisbolista;
le siguen el futbol, voleibol y natación, mientras a mano izquierda, la caza,
la pesca y el turismo.
La cúpula (Historia)
El ángulo principal de la cúpula esta compuesto por un movimiento
social, un movimiento cultural donde sobresale una figura central acomodada
como la importante escena grafica y geométrica de perspectiva informal; que el
pintor trata de personalizar como el actual presidente municipal mostrando
formas artísticas y culturales al lado de un pintor y un arquitecto, los cuales
se representan con un pincel y un plano; los sigue la banda sinaloense,
saliendo de arcos y palmeras en semblanza de los viernes culturales. Haciendo
juego de la escena está el estudiante prototipo escolar que se traslada a la
escuela en el transporte urbano, tras esto la figura elemental de parques y
malecones, palmeras que contiene una estatua masculina reuniendo sus brazos a
la historia, la cultura, el deporte y la recreación y naciendo de este hermoso
vegetal de la sombra y el descanso están los mas importantes de Culiacán que
forman del Intelecto cultural y revolucionario de épocas contemporáneas,
recordándonos esta vez con elementos simples y estáticos. De izquierda a derecha el bailarín José Limón
(1908-1972); el maestro y militar, Ing. Juan de Dios Bátiz (1890-1979); el
escritor intelectual Enrique Félix, “El Guacho” (1911-1965): el revolucionario
y poeta Jesús G. Andrade (1879-1928); el destacado militar Ángel Flores
(1883-1926); y el también protagonista revolucionario y político Salvador Alvarado (1880-1926).
En estos casos estos personajes se escogen entre los luchadores sociales
que más orgullo dieron a nuestra ciudad. Al fondo de esta escena y entre la
catedral y el Palacio Municipal se encuentra el culiacanense Antonio Nakayama,
formando la historia de Sinaloa. En el tercer lapso de esta ejecución plástica
el autor integra dos rostros más de funcionarios que empiezan a nacer con gran
firmeza en el mundo cultural sinaloense, el doctor Tapia Corredor y el profesor David Rubio.
De aquí trasladamos nuestra vista, como una
mezcla de pasado y presente volteando a nuestras espaldas para ver como se
construye este parque y con tecnología
moderna que el pintor combina con los abstraccionismos y evitando todo completo
realismo para colocar al motor de todo plasticismo y digno de inspiración
critica: “La Imaginación” que a diferencias
de otras figuras que representan la construcción con sistema primitivo, es decir
las casas de adobe, lodo y latas; más a la izquierda un simbólico arqueólogo saliendo de una cueva, cobija y
vivienda de los primeros asentamientos humanos, de donde al escavar descubren
restos artesanales, costumbres y decoraciones de sus expresiones plásticas y
escultóricas, además de escrituras labradas en piedras: petroglifos que
quedaron enterrados en el tiempo y que hoy vienen a formar parte de la
historia.
No podrá faltar en este mural, una tarde de
sol naranja fortificando el paisaje, las plantas que se revitalizan con las
aguas de los ríos Tamazula y Humaya que al confluir forman el rio Culiacán cruzado por el puente Cañedo (hoy puente
Hidalgo) que rodeado de vegetales y de piedra antigua está plasmado en sepia,
rojo oxido y almagre. Y siguiendo el rio de formas, a la derecha podremos
localizar la agricultura de los actuales indígenas decorando con su pose los
surcos ya cultivados y crecidos para el corte de la hortaliza “de la cubeta a
la raca, para empacar, rezagar, exportar y distribuir”.
A ello le suceden las formas esenciales del significado toponímico de
Culiacán, que según los historiadores fue fundado por los nahoas en el año 552,
siendo lugar donde adoran al dios
Coltzin, representado por una serpiente hacia el cielo, proveniente de
un cerro torcido y agachado con la cara de viejo.
De ahí trasladamos la vista a la
parte superior del cielo rítmico para encontrar al jugador de hulama que
simboliza en forma general las muchas facetas del juego, la rica variedad del
deporte prehispánico que se perdió en el tiempo.
Mas arriba inicia el mundo prehispánico: los aztecas que iniciaron su
viaje en 1160 de la era vulgar, y llegaron a huey colhuacan el año “Ce tecpatl”
648 de nuestra era, según las investigaciones históricas de Heberto Sinagawa, historiador
sinaloense, donde se les apareció Huitzilopochtli diciéndoles que el los
guiaría. Así los “teclamacazcle”, siervo de dios, labraron la figura del dios
Huitzilopochtli e iniciaron el “neomamama” culto que consiste en llevar en
hombros al dios sentado en la silla “teoitpalli” y eligieron a texcacoatl,cuauhcoatl
y apanecatl, las tres figuras que caen entrelazadas del cielo para cargarlo en
hombros.
Peregrinación y culto a Huitzilopochtli, leyenda digna de perpetuarse en
un mural. En esta leyenda Huitzilopochtli representa la dirección de la parte
sur izquierda del universo, al lado izquierdo del sol, adoración al sol que
hace su curso de oriente a poniente.
En este mural no aparecen sino parcialidades de las épocas precolombina
y precortesiana, ni aun la conquista: suceso crítico y polémico, descrito
literalmente por varios siglos como un rencor del indio contra el sanguinario
conquistador, que para el pintor no representa transculturación alguna; sino
sencillamente un cambio evolutivo social.
“Desfilan los pueblos y los conquistadores, los nativos vencidos y los
triunfantes señores, dos razas que fincaron la nación venidera que a un solo
dios adora y a una misma bandera”.
(Jesús G. Andrade).
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